1.
Me preguntaron por mi padre en mis faenas y vi mis manos
sus manos
confesé sentirlo a veces presente en una acción
en las mías se abrían los plagios de las páginas de un libro de cocina, qué grave
Había leído de Teillier que preferiría la música de una caja registradora a la de Mozart
y yo le preguntaba sobre el último libro. Me habló de su última adquisición en la librería de viejos, me lo enseñó, uno de recetas chinas de arroz, en papel de arroz
Arroz Arroz
comenté sobre el licor de arroz?
él habló de fútbol y de box
me ofreció del blanco pero yo quería de la chicha la leyenda, cacha el gil
Subí por arriba de las parras hasta Chincolco después. Me ofrecieron de esa o chacolí.
Como en parábola, una mujer solitaria se apiadó del peregrino. Se iba el bus, el último pa’ agarrar el tren, ella hablaba en tres lenguas y tratar de volver prometí...
“tratar de”... Mis padres simplemente lo hubieran hecho, oh qué sibilino, ss ss s ss s
Alguien tiene ganas de arroz? Mis padres ríen con Mozart
Cuando lee Neruda se quejan los pájaros del techo
Todos los padres son acantilados
Me socorre pensar en un acantilado de arroz
más ahora cuando viene el hambre o el sueño
Alguien se harta con un libro de cocina?
la receta es como me acuerdo, pero promete
Arroz Arroz
Después de tantas horas en bus
una paradita en la estación, con la gente que espera y estira las patas un poco, y más para asegurar la fortuna de los viajes y las llegadas, las pisadas de extraño
Al Norte, al Sur, al Este, a la costa, al interior, suben sus mochilas cargadas de colores, una llora, vieja historia
Brillan las rojas flores bellas parásitas en los cactus. El amanecer es bus y se balancea en cada curva, salta el aura de los cerros, mis padres se desautorizan solos ante el mundo, me enamoro del polvo, agua de arroz, un cruce se resuelve en oportunidades
Se vuelve si nada es lo mismo? Qué viejos estamos en los acertijos
citar biografías, reforzar los lentes, desesperar aburridos los desayunos en la clínica donde agrandamos los extremos, a lo neruda y a lo de rokha contra las vejeces, desesperados porque las novias conmemoraron o no los aniversarios... cuando mueren por tradición los lectores del noreste africano, los habitantes de cualquier recurso, los alumnos de cualquier curso
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2.
en el río en cuestión me fui a lavar las manos pa cocinar
las miré
igual se parecían a las de mis madres cuando se desigualaban a las del autor del espermio
yo pensé que mejor conservar uno u otro como clones pa no enredar más la cosa
ya, pero entonces había que ponerse una gorrita de un color determinado para exponer en torno a la fogata
Eran las manos y los brazos del río, las extremidades del estuario, origen o destino de retóricos corazones de un monopólico proveedor
y qué es una madre y qué un padre? Aguanta el cliché
que alguno solo te limpió las cantinelas la última vez
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Otra teoría plantea que los primeros años corresponden a la realización de un taller constituido por varias entidades, constatables en la diversidad estilística y experiencias que aparecen testimoniadas en la búsqueda. La segunda constante cronológica toca a la faena ejercida por una o más plumas, quizá pretenciosamente calco de los asesinatos en serie de Cervantes. Uno y dos resultarían en una escritura “de memoria” o una tergiversación de los archivos, en una burda recreación del laberinto secreto de Borges.
La cuarta y última postura plantea que un número mágico puede extraerse del libro de “Juan Luis Martínez”, un pseudónimo para el colectivo Lastra-Lihn, si seguimos al adivinador. Se trataría de una cifra enfrentada a una determinada cantidad de espejos, y que arrojaría un solo cero sobre todas las lecturas... un arma desarrollada con los huesos de Huidobro-Cortázar y la sangre de alguno/a de los Parra hecha ñachi.
Historia de la bibliografía américo-peninsular, disputa de derechos con apropiación indebida y metaplagios, rebelión histórica o anunciada, las señales del señor McCoy revelan mundos sin suficiente iluminación, un viaje eterno por el sinsentido. Basura. Apuesto la quinta cola del gato: el Félix es un gato desteñido que recorre los basurales y no hay más taller que unas hojas merecidamente arrugadas en bolsas de plástico y lo que se puede leer entre las cáscaras de flora retaguardista. Así de fácil, que el que lea se arriesgue a una desorientación que desautoriza los textos hasta la propia indiferencia.
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